11 de juliol del 2009

Molt interessant!

Una tarde de invierno. Una zona rural de Gran Canaria. Hay algo de niebla, no se ve bien. El pastor, sentado en una piedra, cierra los ojos y escucha. Del sonido de las cencerras deduce dónde está y qué hace cada una de las piezas del rebaño esparcidas por el campo, desde la oveja que rumia en la hierba a la cabra que se rasca. En su cabeza tiene un mapa sonoro, que le ayuda a controlar a sus animales incluso cuando no los tiene a la vista.
"Para mí es como si fuera una orquesta, me entusiasma oír los sonidos y distinguir sus matices", comenta Francisco Calvo. Este artesano badajero lleva toda su vida implicado en una tradición que corre riesgo de perderse, "porque hoy día casi todo el ganado está estabulado y no sale del establo". Sin embargo en el futuro quedará preservada, "y es un consuelo", gracias al trabajo auspiciado por el Cabildo de Gran Canaria a través de la Fundación para la Etnografía y el Desarrollo de la Artesanía Canaria (Fedac). El proyecto Las Cencerras: Mapas Sonoros del Ganado, que pone a disposición de los internautas la variedad musical de las cencerras de la isla, se presentó el pasado mes de junio. Esa labor pasaba por "oír los sonidos de las cencerras en el campo, para un ganado de cabras, uno de ovejas y otro mixto". De ahí surgió un extenso estudio sobre El pastoreo tradicional y el sonido de las cencerras en la isla de Gran Canaria, así como un museo virtual donde se pueden escuchar todas las variedades existentes.

Autodidacta
El padre de Francisco Calvo era un artesano carpintero, y él se decantó por los cuchillos y los badajos, que prepara para los pastores: "Soy autodidacta, y el resto lo he aprendido en el campo con ellos". La tradición de las cencerras se conserva en las Islas entre un puñado de artesanos y pastores y "tiene su técnica", desde la afinación del badajo al buen oído que requiere sacarle partido al mapa sonoro. Cada cencerra lleva su badajo, hay que ir probando hasta dar con el sonido", explica Francisco Calvo, "y a veces por el paso del tiempo hay que arreglarla. Para el badajo se emplean distintas maderas como la leña buena, el moral o la tea, "aunque también sirven otras especies autóctonas". La elección de un mal material para el badajo puede tener como efecto que la cencerra chille y no desempeñe su función de manera adecuada.

Hechas de chapa
Durante muchos años, las cabras de Gran Canaria llevaban colgados al cuello trozos de bidones de combustible, ya que su chapa "se aprovechaba antiguamente" para hacer las cencerras. Esos tiempos han quedado atrás ya, hoy día no hace falta recurrir a los bidones para obtener la chapa. Las becerras se les ponen también a perros y mulos, pero cuando las lleva un rebaño entero es cuando revelan su musicalidad. Al igual que sucede en una orquesta con los instrumentos agrupados por familias, aquí hay multitud de diseños diferentes, que varían según el tipo de animal y su tamaño.

Font: http://www.canariasaldia.com/noticia.php?noticia_id=137744